miércoles, 25 de noviembre de 2015

Mi primera UDI

Bueno aquí os dejo el resultado de mi primera UDI he intentado mejorarla poniendo en práctica las sugerencias hechas en la evaluación.
UDI: Weihnachten stehen vor der Tür und was essen wir?


domingo, 22 de noviembre de 2015



¿Cómo comunicarnos e implicar a la familia?

Debemos de ser conscientes y no olvidar que los niños y niñas que sufren este trastorno deben de recibir un tratamiento multimodal en el que tanto la familia como el centro escolar deben de coordinarse, así como también con los médicos y psicólogos que traten al niño o la niña. La coordinación y el trabajo conjunto es muy importante para que todos los esfuerzos y sobre todo el del niño o la niña tengan una finalidad.
Los objetivos a marcarse con la familia una vez detectada la sospecha de que el niño o la niña sufre este trastorno podrían ser los siguientes:

  •  Citar a la familia para una tutoría informativa, que serviría de evaluación inicial de la situación familiar.
  • Acordar con la familia unos objetivos y la forma en la que estaremos en contacto
  • Facilitar a la familia información y material para que puedan trabajar en casa en relación a lo que se está trabajando.

Explicarle a la familia que creemos que su hijo o hija padece de este trastorno, no es tarea fácil y debería de hacerse con el mayor cuidado posible y siempre destacando que lo único que pretendemos con ello es ayudarles. Por ello primeramente habremos de haber observado y consultado también al resto de los compañeros y compañeras que participan de la formación de dicho alumno o alumna y una vez recopilada la información necesaria, entiendo que hay que ponerse en contacto con la familia.
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad es un trastorno que aunque cada vez sean más las personas que lo conozcan, aún hay mucha desinformación por ello habría que informar primero de qué se trata y por qué creemos que el alumno o alumna lo sufre. También intentar tener algún material informativo preparado para que así puedan llevárselo a casa y leer con toda calma sobre el tema y quizás también le sirva de ayuda para consultar algunas dudas que le surjan al respecto.
Es muy importante que podamos explicarles de lo que se trata, de las necesidades que tiene el niño o la niña y de la importancia de la participación e implicación de todas las partes implicadas en la evolución del niño.
Una vez que hemos trasmitido nuestras sospechas y  después de haberles informado sobre este trastorno , se les podría pedir su colaboración planteándoles a una serie de preguntas que nos ayudarán a conocer mejor al alumno o alumna. Entrevista inicial.
En una segunda tutoría se podría ya plantear las líneas de actuación que seguiremos como tutor o tutora y los objetivos a trabajar. Por ejemplo acordaremos con la familia con que asiduidad iremos informando ambas partes de la evolución del niño o la niña y cómo lo haremos mediante reuniones quincenales, encuesta, etc.
Todo ello sin duda conlleva un trabajo y esfuerzo adicional por parte del docente, pero que creo que se ve recompensado con el simple hecho de hacer disfrutar a un niño o niña del aprendizaje y no que se convierta en un infierno como en muchos casos.

domingo, 11 de octubre de 2015

Mapa de empatía


Esta es una de las definiciones que tiene publicada la asociación de familias con TDAH de Huelva "Aire Libre" de la actualmente soy miembro y que está haciendo una gran labor con los niños y niñas diagnósticados y cómo no con sus familias.



 


COMO COMETAS QUE VIVEN EN EL CIELO

Nuestros hijos no son niños, son cometas que buscan el aire.

No nacieron para estar sujetos a tierra, sino para jugar libres en el cielo, entre nubes y arco iris. Como pájaros.

A veces caídos en el suelo, derrotados, abatidos. Con la tristeza y la desazón de una cometa vencida en la acera.

Remontan el vuelo como sin pensar y sin descanso, impulsivos, obcecados, sin nada más que un aquí y un ahora, huyendo de la prisión del tiempo.

No nacieron para estar quietos en tierra, sino para dejarse llevar por el viento, en la suavidad de la brisa, en la dureza del vendaval. 

Por eso sus cuerpos son ligeros y resistentes, hechos por telas de colores llegadas de países desconocidos. Cosidos con puntadas desconcertantes, sin pasado, sin futuro, en un intenso y constante presente.

No nacieron para caminar por tierra, sino para correr a merced del aire fresco.

Nosotros, gestadores de sus vidas, respiramos con el corazón atento a un juego incansable que agarrota el alma.

Nosotros no sabemos volar como ellos, ni podemos ver el mundo desde sus alturas.

Sólo permanecemos, como permanece unido el cordel a la cometa, intentando no soltar más allá de lo posible.

Con los ojos puestos en sus movimientos, amaestrando el miedo a la incertidumbre de hacia dónde soplará el viento.

Porque nuestros hijos no son niños, son cometas que viven en el cielo.